La noticia de la construcción de 372 viviendas de interés prioritario
en siete predios de propiedad del Distrito en los barrios de estrato 6
El Lago, Chicó y Santa Bárbara, ha levantado voces de protesta entre los
desplazados y madres cabezas de familia, argumentando que no se
sentirían cómodos viviendo en ese sector.
“No nos da confianza ese barrio”, dijo Hermelinda Romero, una de las
beneficiarias seleccionadas por la alcaldía. “Hay mucha inseguridad, en
donde nos van a reubicar vive mucho congresista, además hemos visto que
en los alrededores hay mucha prostitución y casinos, además de toda esa
gente que anda en camperos enfierrada con gafa oscura y haciendo mala
cara. Eso no es sano para nuestros hijos”, puntualizó.
Para Fernando Gómez, campesino desplazado por la violencia desde
Caquetá, el barrio El Chicó no le ofrece seguridad: “Me miraban mejor
los paras, en ese mandingo barrio siempre es que ve uno mucho borracho y
mucho marigüanero, y todos se las dan de muy clasudos”. “Una no tendrá
mucho, pero al menos tiene valores, yo no quiero que mis guambiticas
crezcan con el ejemplo de esas monitas de los colegios donde enseñan el
inglés que juegan a tocarse y a encuerarse todas con los compañeros, no,
eso no es sano”, complementa Mercedes Cabezas, que hace poco tuvo que
abandonar su parcela en Planadas, Tolima. “Mirá, yo leo los periódicos y
yo sé que es por acá donde vive esa plaga de los de Interbolsa, ¿vos
pegarías el ojo en un barrio tan caliente?”, complementa Marcos
Villamarín, de Cerrito, Valle.
Los habitantes más tradicionales de estos barrios estrato 6 se
sienten discriminados. “No es justo que por unos pocos paguemos todos.
No todos somos malas personas”, aseguró Titi de Brigard, a quien los
nuevos vecinos dejaron plantada en una fiesta de bienvenida en el Parque
de la 93. “Nos dejaron con los crespos hechos”, manifestó entre
lágrimas.
El alcalde Gustavo Petro invitó a los beneficiarios de estas
soluciones de vivienda a dejar a un lado las diferencias y no prejuzgar.
“Es normal que se piense que estas familias de estratos altos llevan
una vida poco honrada y ejemplar, pero de ellos también se puede
aprender, esa es la idea de este proyecto de integración”.
De no lograrse la ocupación de estas viviendas, los habitantes de
estos barrios del norte amenazaron con irse a vivir al sur, para lo cual
cuentan con el apoyo de los comerciantes del sector, todo con el fin de
ser aceptados por el otro extremo de la sociedad. Y es que en el marco
de esta política de desarrollo urbano anti-mafias de la segregación se
ha previsto para 2016 en esta parte de la ciudad la inauguración de un
restaurante Andrés BC (Bolivar City) y del primer Starbucks con subsidio
del Sisbén.
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